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Este tiempo, es una invitación a la oración, a la penitencia y al ayuno para reconocer nuestras limitaciones y prepararnos así al tiempo de Pascua. La Cuaresma nos introduce en la celebración cada año más intensa, del Misterio Pascual de Cristo.
Para nosotros, el Misterio Pascual es la participación de la muerte, resurrección y ascención de Cristo. Se trata de que también nosotros pasemos, que nos incorporemos al tránsito pascual de Cristo. Este es el eje de toda la historia de la salvación: Que lo que se ha cumplido en Cristo-Cabeza se cumpla en todos sus miembros.
Este tiempo se basa en dos pilares: La contemplación de la Pascua de Cristo y la participación de los fieles en la misma a través de la penitencia personal y los sacramentos (recuerdo o celebración del bautismo y confirmación, celebración más frecuente de la Eucaristía y subrayado especial del sacramento de la reconciliación).
El ayuno cuaresmal tiene un contexto mucho más radical que la simple abstinencia de alimento. Es el ayuno del hombre viejo. El ayuno del pecado. La renuncia a los propios caminos para abrazar a Cristo. Este es el ayuno principal, la lucha contra el pecado en nosotros mismos (renuncia a lo que no es Cristo en nosotros para convertirnos a Dios).
El tiempo de Cuaresma va desde el Miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo, antes de la Misa de la Cena del Señor. Los domingos de este tiempo reciben el nombre de Domingo I, II, III, IV, V de Cuaresma. El Domingo VI, en que comienza la Semana Santa, es llamado Domingo de Ramos de la Pasión del Señor.
Además del color de las vestiduras del sacerdote y del altar que cambian a morado, existen variaciones dentro de la celebración de la Eucaristía:
El primer domingo de Cuaresma, la procesión de entrada inicia con las letanías de los santos.
La aclamación antes del evangelio: Es un acto mediante el cual la asamblea de los fieles recibe, profesa su fe y saluda al Señor que va a hablar en la persona de su Hijo. Durante la Cuaresma no se canta el aleluya, pero se mantiene la razón de ser de esta aclamación. En su lugar se canta "Honor y Gloria a ti, Señor Jesús".
Se suprime el canto del Gloria excepto en las solemnidades y fiestas.
No se adorna con flores, ni el altar, ni las imágenes de la iglesia.
Los cantos son sobrios, acompañados o por la guitarra o por el órgano solamente (los cantos distintos y apropiados constituyen un medio especialmente eficaz para recordar e ir a vivir la penitencia propia de estos días).
Para esta cuaresma, los hermanos de Católicos con acción, ha creado el Cuaresmario 2016, una herramienta para vivir intensamente este Tiempo Litúrgico, con un desafío para cada día. Sigue este link y descubre más de esta iniciativa.